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lunes, 7 de noviembre de 2011

Acoso laboral desde una Perspectiva de Género

http://es.scribd.com/doc/50434119/Area-de-Prevencion-Salud-y-Acoso-Laboral

http://elcuartopoder.com.mx/?p=8531

martes, 11 de octubre de 2011

EVALUACION PSICOLOGIA .CUARTO AÑO

TEMAS A EVALUAR

UNIDAD 3: ¿Como construimos nuestra identidad como personas? (pag 16 a 19 inclusive)
Identidad/es:( Pagina 2 a 14 inclusive)
Tres textos del Blog:
Mutilaciones Intersex
Ley de Identidad de Género
Intersexualidad
Film:”XXY”

El placer de tener un problema no resuelto en la cabeza

http://www.tedxriodelaplata.org/videos/placer-tener-un-problema-no-resuelto-en-cabeza

martes, 27 de septiembre de 2011

PARCIAL DOMICILIARIO DE PSICOLOGIA SOCIAL

PARCIAL DOMICILIARIO DE PSICOLOGIA SOCIAL

Fecha de Entrega: POR MAIL hasta el 28/09/2011 a las 22hs.
Ya entregados por mail,los dos parciales deben ser entregados el dia Lunes 3/10/11 en horario de clase

Evaluaré elaboración conceptual y personal

Alumno/a:

Preguntas:

Teniendo como marco de referencia el film “Esperando la carroza” (1985)
aplique los siguientes conceptos

a-Vínculo y relación
b- Dialéctica
c- Discurso esquizofrenizante

d- ¿Cómo abordaría la problemática que se presenta en la dinámica familiar la Psicología Social?
Consigne los sgtes conceptos: Niveles de trabajo, portavoz o emergente, estructura totalizante, conducta de Pichon Riviere, crisis

e-¿Cómo abordaría la problemática que se presenta en la dinámica familiar la Psiquiatría?
Consigne los siguientes conceptos: Reduccionismo biológico, síntoma

f-¿Cómo abordaría la problemática el Psicoanálisis?
Series complementarias, Síntoma

lunes, 26 de septiembre de 2011

Adolescentes, consumos culturales y usos de la ciudad

Marcelo Urresti
La adolescencia es un período de la vida que se caracteriza por cambios abruptos. Entre los primeros teóricos que se ocuparon del tema ya quedaba claro que para las sociedades occidentales se trataba de un período de crisis y reestructuración de la personalidad1, o como dijo Rousseau en el Emilio una etapa de “segundo nacimiento”. En efecto, en nuestras sociedades con la llegada de la adolescencia la gran mayoría de los niños pierde seguridades y vive duelos: el cuerpo cambia, se abandona la infancia, se transforma el lugar que se ocupaba en la familia y en la escuela, caen referentes de autoridad antes naturalizados, se abre el tiempo de la obligada autonomía, se desoculta la genitalidad.
En ese período, para el adolescente, la familia entra en un paréntesis en el que se reparten de nuevo las cartas. Cada adolescente se abre progresivamente a una vida social en la que el lugar de su propia familia se desplaza: en ese movimiento, aquella anterior cuasi monopólica instancia va perdiendo peso específico y se ve obligada a “conversar” con otras instancias de la socialización. En dicho proceso van surgiendo cosmovisiones y valoraciones no necesariamente acordes con los mandatos de la tradición heredada. Con la adolescencia se abren espacios de conflicto intergeneracional en el interior de las familias, siempre renovados con la sucesiva entrada de cada miembro en la pubertad. Es decir que el período conflictivo no sólo es interior al sujeto que vive la transformación en primera persona, también afecta a su entorno inmediato.
Familias y escuelas, ámbitos primordiales de la niñez mayoritaria, entonces comienzan a compartir su espacio con otras dimensiones de la vida social en la que los adolescentes expanden las redes de relaciones dentro de las que normalmente actúan. Mientras transcurre la crisis -más o menos violenta según los casos familiares, las clases sociales y las tradiciones geográficas y culturales en las que se inscriban-, los adolescentes construyen espacios “propios”. En ellos, procurando una mayor independencia respecto a la mirada de sus mayores, rearticulan los mecanismos de identificación a través de los que constuyen las diversas facetas de su identidad.
En este sentido, entre los múltiples factores que actúan en esta fase hay dos especialmente importantes por el efecto que producen: el primero de ellos, el más importante, es el grupo de pares2; el otro, es el sistema de escenarios y ámbitos institucionales que hacen de marco al encuentro y la cotidianeidad de dichos grupos. Estos factores intervienen de manera decisiva en la rearticulación de los referentes básicos de la experiencia y del mundo de la vida y se suman a la familia y la escuela completando el proceso de socialización en el que se modulan las identidades que se continuarán con posterioridad en las etapas juvenil y adulta.
Este transcurso a su vez se da en una encrucijada compleja de caminos institucionales, canales discursivos superpuestos, flujos libidinales inducidos -y muchas veces deseados- y prácticas habituales en las que se hace posible la vida cotidiana de los adolescentes de las sociedades actuales. Los adolescentes, sean de la clase o de la familia que sean, no son independientes del denso entramado de instituciones y discursos que los apelan e intentan seducirlos: además de la ya mencionada escuela –que no está presente en la totalidad de los casos-, los medios masivos de comunicación, la multiimplantada publicidad comercial, el mercado de bienes de consumo masivo con sus largos e incansables tentáculos o las industrias culturales que se ofrecen en sus variados productos, son los canales de una alusión insistente y constante. Estas agencias, a través de la persecución de sus intereses –en principio, comunicar, acaparar la atención y vender- sedimentan discursos, diseminan imágenes y estéticas, difundiendo prescripciones explícitas e implícitas que contribuyen a configurar imaginarios y representaciones sociales. De este modo, se define un nuevo material que luego se elabora íntimamente en el relato de la autoidentificación.
Es decir que esa inicial apertura a la vida adulta, ya trabajada por estas mediaciones múltiples que venimos mencionando, entra en un estadio de apelación superior: la brecha crítica que abre la adolescencia es susceptible a estos discursos que mediante temas y
1 Erik Erikson, Margaret Mead, entre otros, son responsables de este planteo ya clásico. Se los puede consultar en Erikson, Erik. Sociedad y adolescencia. Siglo XXI, México, 1987. Y Mead, Margaret. Adolescencia, sexo y cultura en Samoa. Planeta, Barcelona, 1985.
2 En la sociología, uno de los primeros autores en registrar este hecho fue Talcott Parsons. Puede verse su artículo “Class as a Social System”, in Harvard Educational Review, Vol. 29, Nro. 4 Fall 1959.
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referencias ejemplares presentes en esas formas de la comunicación y el consumo apelan a los adolescentes en tanto que consumidores. En esas figuras diversamente apropiadas los adolescentes reestañan imaginariamente pérdidas y duelos recibiendo los materiales para una identificación interpretante y activa con la que, en distintos grados, rehacen un lugar de certidumbre relativa en medio de la dislocación momentánea por la que transitan.
Esta condición de incertidumbre estaría extendiéndose en su duración y siendo adoptada por distintos grupos de edad antes decididamente lejanos a ella. En efecto, la transitoria desorientación identitaria que suponía el enfoque clásico sobre la adolescencia, según algunos autores3, estaría generalizándose por distintos grupos de edad, producto derivado de la larga impasse que la cultura finisecular estaría consagrando: la generalizada pérdida de las certezas que abruma las sociedades del presente. Así, la adolescencia se alargaría incluyendo a los jóvenes y progresivamente también a los adultos, cuyos modelos de acción, si se los compara con los del pasado reciente, se parecerían más a los de los adolescentes que a los de los adultos de tiempos pasados. Esta condición histórica problematizaría aún más la situación de los adolescentes actuales, tensionados entre su propia crisis y el novedoso lugar vacante que dejan los adultos.
Como decíamos arriba, la adolescencia implica una suerte de “segundo nacimiento” con los dolores y las sorpresas que ello depara: esto se refiere especialmente a un tipo de experiencia casi adánica, original y de apertura, cercana a la vivencia de la aventura, característica vital definitivamente perdida en la vida de los adultos. Esto en parte ilustra que la modelización de la adolescencia no resulta más que una ilusión compartida: por más desorientado que se encuentre un adulto en relación con su futuro, por más rejuvenecido que se encuentre en sus opciones vitales, y por más rutinas y cuidados físicos que haya generado una imagen conservada, un adulto no es un adolescente. En definitiva, transitar la adolescencia es atravesar una crisis personal y vivir adánicamente una experiencia histórica de lo social, hechos que definen una pertenencia generacional concreta y un material imaginario específico con el que elaborar las identificaciones que desembocarán en la personalidad futura.
Asimismo, y siguiendo la línea anterior, existe una representación dominante sobre los adolescentes -lo que no implica bajo ningún concepto que incluya a todos los adolescentes de todas las clases-, que se convierte en una suerte de “modelo” que aglutina principios estéticos activos que tienen una fuerza gravitatoria de gran importancia. Ese modelo estético
3 Ver las distintas posturas planteadas en el texto de Obiols, Guillermo y Silvia Di Segni de Obiols. Adolescencia, posmodernidad y escuela secundaria. Kapelusz, Buenos Aires, 1998. Págs. 52 a 62.
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basado en la imagen adolescente –de las calses medias y altas- responde a necesidades diversas y hace de este particular momento de la vida algo que, en términos sociales, es mucho más amplio que una crisis y una reestructuración identitaria. El “modelo adolescente” se expande y goza de un amplio reconocimiento social, hecho que se demuestra en parte por la negativa: la vejez es vista como desventajosa, el origen de enfermedades y decadencias, un disvalor que anuncia el ocaso de la vida. Como contracara la adolescencia es el grado cero de la vida adulta, está y no está en ella, recién estrenada, con todo el tiempo por delante y aparece como un modelo con el que identificarse.
Una sociedad en la que se han desarticulado referentes de trascendencia antes válidos, una cultura en secularización constante que avanza sobre la religión pero también sobre la política y las más arraigadas costumbres, no es casual que necesite de este mito de regeneración y de vida eterna en el más acá, puesto que cada vez son menores las causas en favor de las que inmolarse, situación que arroja sujetos sin referentes, desorientados, aferrados a las débiles evidencias de un más acá, crecientemente empobrecido. La adolescencia y el mito de la eterna juventud, acompañado de otros mitos como el de la belleza que no se deteriora, la salud que se mantiene intacta o la energía que se renueva sin cesar, son los elementos de un espejo en el que con fuerza creciente la sociedad intenta reflejarse.
En un contexto semejante, tampoco es casual que el mercado, especialmente en las estrategias de publicidad que empujan a adquirir bienes de consumo masivo, aproveche esta imagen convirtiéndola en el vehículo de los mensajes que procuran identificar productos con un objeto de amor. La imagen adolescente, que responde al estereotipo de clase que los medios recogen y refuerzan, circula porque vende: es un paraíso artificial de vitalidad y felicidad, un mito que difunde líbido, que atrae a la identificación y que impulsa al consumo.
De este modo, el proceso de construcción de identidad al que aludíamos más arriba, se da en condiciones que alteran su forma tradicional: con la adolescencia convertida en modelo mediático, imitada crecientemente por las identificaciones de grupos de otras edades, tensionada por condiciones sociales que la alargan inéditamente, tiende a delimitarse siguiendo una lógica novedosa y compleja.
Como dijimos anteriormente son los grupos de pares lo que constituye la novedad en la vida de las personas que atraviesan la adolescencia. Estos grupos a su vez definen espacios y tiempos en los que van construyendo un mundo compartido, que será fundamental para el resguardo de las identificaciones adolescentes, distantes de la familia y de la escuela, los
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dos ámbitos característicos del desarrollo previo. Los grupos de pares están conformados por lo general con una presencia marcada de miembros de la misma edad y género. Esto no imposibilita grupos mixtos o grupos en los que sea aceptado algún miembro que es notablemente mayor o menor, pero habla de su baja probabilidad. Estos grupos son la primer ampliación de la red de relaciones en las que entran los adolescentes, son los grupos de amigos y amigas más cercanos, que se reunen a pasar el tiempo, a escuchar música, a compartir largas charlas, a hacer deportes, a planear salidas, a recorrer espacios. Esos grupos de adolescentes son ámbitos de contención afectiva y representan espacios de autonomía en los que se experimentan las primeras búsquedas de independencia. En ellos se realizan actividades comunes y se definen los perfiles dentro de las funciones actitudinales que los diversos grupos despliegan. Se trata de campos de atracción libidinal, que brindan una pertenencia efectiva y que vehiculizan las referencias primeras de los procesos que deconstruyen las identidades infantiles heredadas. En esos grupos por lo general se manifiestan las primeras conversaciones que tienen por tema el sexo, el descubrimiento de los otros a nivel social, el lugar propio y el ajeno en ese espacio, o para decirlo con las palabras de Goffman el sens of one´s place4, en ellos se descubre por lo general la música que se adoptará como propia, una forma de vestirse y también una forma de hablar. Es decir que se trata de verdaderos laboratorios de actividad simbólica en los que se practica concientemente la diferenciación social.
Los grupos de pares funcionan como entidades intermedias entre el espacio social general en el que se definen las clases sociales que incluyen a las familias y el espacio íntimo de los sujetos que estas grandes estructuras configuran.5 Se trata de ámbitos de autonomía relativa definida por la influencia de las grandes estructuras sociales, aunque metabolizada en la manera singular en la que cada grupo específico la articula, en virtud de las diferencias producidas por los escenarios inmediatos en los que transcurre la vida de esos grupos. Para mostrarlo con un ejemplo: no es lo mismo que dos grupos pertenezcan a la misma clase social, supongamos la clase media urbana de Buenos Aires, que sean hijos de padres profesionales empleados en empresas similares y que desarrollen actividades relativamente cercanas, como concurrir a los mismos colegios –pongamos por caso, públicos- y a los mismos clubes –sociales y deportivos de tamaño medio-; si esos grupos de pares desarrollan actividades que los distinguen, por ejemplo, en su relación con el valor que le dan a la
4 Ver Goffman, Ervin. La presentación de la persona en la vida cotidiana. Amorrortu, Buenos Aires, 1987.
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educación o al deporte –en toda escuela y club hay rendimientos diferenciales-, o con la apreciación y práctica de actividades valoradas como ir a fiestas en casas o en las matinés de las discotecas, ir recitales de músicos de rock o de intérpretes de música latina, gustar de un tipo específico de música o de otro, leer libros o mirar televisión, juntarse en videodromos, compartir la pasión por los juegos de computadoras, mirar los mismos dibujos animados y comprar comics japoneses, todo esto en sus distintas posibilidades, las cadenas de si y de no en relación con las mismas, los puede alejar radicalmente entre sí a pesar de que a primera vista esos jóvenes puedan ser incluidos genéricamente en los mismos grupos por compartir los mismos espacios definidos por las grandes estructuras sociales, lo cual constituye indudablemente una errónea simplificación.
El primer hipotético grupo podrá tender a consumos intelectualizados y elitistas, concurrir a talleres literarios, detestar el deporte, sentirse diferente al resto de sus compañeros de escuela que miran a Tinelli y, con el tiempo, orientarse en el futuro hacia algún tipo de carrera universitaria humanística. El segundo en cambio podrá preferir el deporte y no darle tanta importancia a la escuela, prefiriendo una música de consumo menos exigente y encaminado hacia las disquerías, seguramente valorará más la radio y la televisión cuando esté reunido en las casas de sus padres y en concordancia con la vida al aire libre valore un deporte federado al que le dedique mucho tiempo durante su adolescencia. Es decir que más allá de las similitudes, y muchos podrán decir que no se trata de otra cosa que de fragmentos de la clase media, lo cual es cierto pero no agrega nada al asunto, se puede apreciar en la acción de los grupos de pares la enorme diferenciación interna en gustos y preferencias que se terminan expresando en afinidades electivas capaces de unir grupos, separar otros, definir circuitos de consumos culturales, apuntalar identificaciones grupales y conducir un proceso de socialización de diferente velocidad, enmarcado en territorialidades distantes, situaciones que contribuyen a la conformación de comunidades de destino enormemente disímiles entre sí.
Este ejemplo a su vez podría replicarse en otros sectores sociales o con mujeres en lugar de varones dando los mismos resultados de diferenciación frente a los que estamos tratando de sensibilizar la mirada. En sectores populares, valorar la esquina y el encuentro en ella, o hacerlo en cambio con el acercamiento a la sociedad de fomento del barrio o a la parroquia o el pastor, no es lo mismo que preferir la “vagancia” –que es una apelación genérica al
5 El autor que más énfasis hace en este enfoque que distingue dos polos conciliados es Pierre Bourdieu. Es un tema recurrente en la totalidad de su obra. Expuesto de una manera concisa puede verse “Espacio social y génesis de las clases” en Sociología y cultura. Grijalbo, México, 1990.
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grupo de “vaguitos” o de “guachitos” con los que “se para”- en la que se asume como forma de reproducción el delito menor y el tráfico de baja escala, y todos estos factores no dan el mismo resultado si se combinan o no con la escuela, ni tampoco es igual si se valora o no lo que se puede aprender en la escuela, ni es igual si se prefiere o no participar en la murguita del barrio o apostar a entrar en las inferiores de algún club. No son iguales las redes, no se combinan los factores de la misma manera y el proceso de socialización no se orienta hacia los mismos objetivos. En suma, los grupos de pares son fundamentales para comprender estas enormes diferencias en el desarrollo de los adolescentes en relación con sus familias –y sus clases- de origen, pues en ellos se rearticulan los elementos heredados dentro de las opciones que facilita u obstaculiza el orden social, más o menos complicadas según los recursos disponibles.
Entendidos entonces de este modo, los grupos de pares funcionan como programas culturales6 en los que se articula en una escala menor a la de la clase y la familia, una medida específica de la experiencia social e histórica de los adolescentes. Un programa cultural es un cierto orden imperante dentro de los planes de interacción posibles, una suerte de organización interiorizada de manera similar en cada uno de los miembros de un grupo, según la cual se dan cita los más diferentes tipos de prácticas siguiendo patrones simbólicos afines, desde las formas del comer y del beber, pasando por los modos de concebir la higiene, definir la vestimenta, seguir el orden de los pasos en que debe producirse el cortejo, hasta las preferencias frente a expresiones musicales o artísticas en general o los modos de codificar el terreno de una ciudad o un paisaje en un territorio común y reconocido como propio. Todas estas preferencias se articulan en la forma de sistemas y obedecen a afinidades electivas estables y compartidas por el grupo al que se pertenece, en el nivel de las elecciones concretas, de los criterios de selección y combinación o de los códigos de valoración y apreciación. En este sentido, puede hablarse de modos particulares de ejecución de prácticas comunicativas, sean estas verbales o no verbales, aunque siempre codificadas, es decir, enmarcadas bajo una impronta que les otorga identidad de valía y reconocimiento común.
En un programa cultural compartido también pueden reconocerse la similitud de las prácticas: las formas de portar la vestimenta, las maneras de pararse, establecer distancia o proximidad, caminar o bailar, los rituales de la conquista amorosa, la provocación y la pelea, las formas de hablar, los temas predilectos, los acentos y las jergas, entre otros tantos.
6 Para ampliar la noción ver Schefflen, Albert “Los programas culturales” en Birdwhistel, Ray y otros. La nueva comunicación. Kairós, Barcelona, 1987.
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Aquí es donde inciden los grupos de pares, en las afinidades personales que definen, convertidas luego en redes de contención afectiva. Como todo en la adolescencia, tienen un término coincidente con el lento ingreso de sus protagonistas en los canales de la vida social por los que se reconoce normalmente a los adultos. Esto significa que más allá de la persistencia de algunos lazos afectivos duraderos, la red definida por los grupos de pares se va aflojando poco a poco, perdiendo consistencia, activándose en encuentros más espaciados, menos actividades en menos tiempo, con lo que se reduce en su tamaño y todo esto en coincidencia con las nuevas aperturas de relaciones que va exigiendo la vida adulta, en los ámbitos del estudio, el trabajo, el hogar o la participación social.
Los grupos de pares son redes que acompañan la adolescencia, apuntalando relaciones, apoyando procesos de identificación. En estos procesos, tanto los consumos culturales como los usos del espacio serán fundamentales. Es compartida la idea de que los adolescentes son los más grandes consumidores de las familias, los más activos en lo que hace a demandar y liderar procesos de adquisición de bienes y esto independientemente de las clases a que pertenezcan sus familias. Es obvio que con poderes de compra diferentes, también lo serán las probabilidades de que ese modo se afiance y se perpetúe. Este acostumbra ser uno de los nudos que problematizan las relaciones entre padres e hijos, la demanda de los adolescentes por lo general suele ser superior a las posibilidades de satisfacción de sus padres, que suelen en muchos casos aprovechar esta circunstancia para disciplinarlos, premiándolos o castigándolos según los resultados que obtengan o las conductas que desplieguen en ámbitos en los que los padres están interesados que progresen. Entre los sectores populares esto suele ser más restringido, lo cual tensa las relaciones hacia otras problemáticas, vinculadas con la temprana necesidad de obtención de recursos para las generaciones menores que procuran distintas estrategias de satisfacción, desde el trabajo temprano, la chanquita en algún servicio de escasa remuneración, el “careteo” y el “mangueo” a peatones y paseantes, y en última instancia, al delito menor.
Entre los consumos privilegiados están la ropa y las salidas y la adquisición de algunos bienes a los que llamaremos por comodidad culturales, por provenir directamente de una rama de la industria a la que se define inespecíficamente como “entretenimiento”: música, juegos, videos, revistas. Como todos los bienes destinados al consumo tienen una dimensión material y una dimensión simbólica. Ambas dimensiones suponen valores de uso orientados hacia distintas “económicas”: bienes de consumo masivo como la ropa o la comida tienen una clara dimensión material, cubren aspectos vinculados con la satisfacción de necesidades como el abrigo o el alimento, en este sentido su valor está en el grado de satisfacción que
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No es lo mismo un pantalón de una marca que un pantalón de otra, que responda a un diseño o a otro, que sea de un color o de otro y así sucesivamente hasta convertirse en un complejo conjunto de atributos que exceden por completo el mero vestirse. Vestirse o comer son actividades que comunican y connotan una posición en un espectro de posibilidades y el hecho de optar por unas formas y desechar otras, comunica intenciones y clasifica usuarios. Los adolescentes son sensibles a este juego de miradas y se autoevalúan muy críticamente a través de lo que elijen, portan y gustan. Se valoran a través de sus valoraciones. Por eso son consumidores exigentes, por eso presionan a sus padres, por eso son susceptibles en extremo a las diversas modas que conviven en un determinado momento, porque la ansiedad de identificación los convierte en obesos consumidores de símbolos. puedan brindar. Al mismo tiempo, esos bienes tienen un valor simbólico: satisfacen las necesidades de la fantasía.7
En el terreno de los bienes que hemos llamado culturales opera una lógica similar. Esos bienes son “distintivos por naturaleza” pues su “materialidad” consiste en la satisfacción de una necesidad “espíritual” en la que el sujeto se encuentra doblemente interpelado: un gusto musical, una preferencia cultural, no se pueden justificar por la mera materialidad del bien, lo que hace que su transparencia sea mayor y el grado de identificación más inmediato. Es lo que pasa con la música, con los cantantes, con los programas de TV preferidos, con las revistas y las peliculas que se leen y se ven, con los programas de radio que se escuchan. En este sentido, la preferencia se justifica “por sí misma” y vehiculiza siempre una oposición más o menos radical hacia los consumos y las preferencias de los otros. En estos objetos del amor se da el disfrute sin barreras ni desviaciones, de una manera inmediata y directa. Como decíamos más arriba, los adolescentes suelen encontrarse en apertura hacia la experiencia social extendida y este tipo de bienes ofrecen anclajes para sus ansias de identificación: así adoptan modismos y estilemas similares a los de aquellos que valoran, configurando con ello los espejos en los que se reconocen. Los consumos culturales entonces definen una superficie de identificación muy caliente en la que los grupos de pares adoptan verdaderos idola tribus con los que, siguiendo mecanismos casi totémicos, construyen su identidad. El rock en sus distintas variantes y formatos, la cumbia y el cuarteto, la música pop, la electrónica, la bailable o la melódica latina, serán los reservorios de discursos y estilemas de distintos soportes lingüísticos –verbales, kinésicos,
7 Algunas de las extensas discusiones en torno a esta tesis pueden verse en el artículo de Margulis, Mario y Marcelo Urresti, “Moda y juventud” en Margulis, Mario y otros. La juventud es más que una palabra. Biblos, Buenos Aires, 1996.
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indumentarios, ideológicos- sobre los cuales seleccionarán y combinarán elementos generando verdaderos patchworks de identidad.
El otro gran factor que define el accionar de los grupos de adolescentes es el de los usos del espacio. Los adolescentes tal vez sean los más inquietos viajantes y exploradores de los lugares en los que viven. Si se los compara con las generaciones adultas, los adolescentes suelen ser los que más se desvían de las rutas establecidas, los que menos se atan a rutinas y los que más tiempo se dan para salir a explorar la ciudad, buscar en sus recovecos, mirar negocios y entrar en galerías, locales y recintos situados en barrios alejados. La gran mayoría de las personas por lo general sale a descubrir su ciudad, los bordes de la misma, los pasajes alejados y los paseos escondidos cuando transita su adolescencia. Luego de ello establece sus circuitos y sus pertenencias para ir reduciendo el territorio a medida que la adultez se va acercando y se establecen casi de modo definitivo e invariable las rutinas cotidianas. La vida de los adultos por lo general está circunscripta a rutas poco conmovibles. Los adolescentes descubren las ciudades a medida que se van descubriendo a sí mismos: se buscan y se desencuentran en la ciudad, escapan de los ámbitos habituales de sus familias y, en esas intentonas, son fielmente seguidos por sus pares y amigos. Las calles comerciales del centro de la ciudad -en otras épocas- con sus cines y ofertas de diversión, las plazas y los paseos que solo se conquistan a fuerza de transporte público o de bicicleta, los shopping-centers –que reemplazan a aquellas antiguas calles del centro- en los que se va a caminar, mirar vidrieras y comer alguna porción de fast food en los patios de comida, todo eso conforma para los adolescentes de las clases medias una cartografía de la deriva y del deseo en la que se sienten –aunque la voluntad de los padres se oponga- casi irresistiblemente atraídos. Están también los locales de fast food propiamente dichos, que fuera de los shoppings también ejercen su embrujo. Sin lugar a dudas el lugar por excelencia al que los adolescentes se dirigen podría definirse generícamente como “la calle”: se trata de un espacio exterior a la escuela y al hogar, en competencia con el club en las clases medias y altas, pero sin alternativas en los sectores populares, que aparece revestido como espacio de liberación y de goce. Define un territorio sin medidas ni reglas que obliguen a aprender, a producir o a obedecer, apareciendo como un sitio liberado en el que eventualmente se da la aventura.8 “La calle” incluye espacios de distensión y de consumo, no siempre abiertos y disponibles efectivamente para todos, aunque sí formando una mitología duradera y eficaz en la que los adolescentes se sienten convocados. Más allá
8 En un sentido similar tomamos la idea de Bustos Castro, Paula, “Rocanrol. El recital: los militantes del bardo” en Margulis, Mario y otros. La cultura de la noche. Espasa, Buenos Aires, 1994
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de los temores que se ciernen sobre las clases medias respecto de la violencia en las calles, o la presencia un poco más concreta de las fuerzas de seguridad para los sectores populares, por la negativa, el espacio callejero sigue siendo un ámbito de disputa entre generaciones, que coloca en su favor a los menores y en su contra a los mayores. En este sentido la prohibición y el recelo es mucho mayor sobre las mujeres que sobre los varones, así como también mayor entre los sectores medios y altos que entre los sectores populares.
En la calle están también los videodromos, los populares “fichines”, las esquinas en las que suelen reunirse sentados en el piso los “chaboncitos” y los “fieritas” a compartir una cerveza, los kiosquitos con metegoles, los pequeños barcitos que ofrecen bebidas a bajo preccio, las canchitas improvisadas en baldíos o en playones municipales, las estaciones de tren y sus alrededores, lugares sobre los que actúa una estricta territorialización en la que se dan cita y se reconocen entre sí distintos grupos de pares.
En suma, los grupos de pares, en su rol de consumidores y exploradores espaciales colectivos, son el ámbito renovado en el que se definen las formas actuales de construcción de la transición adolescente, más jaqueados que nunca por la escasez económica y las formas crecientes de una persecución represiva ejercida por el estado, más incitados que nunca al consumo, a la aventura y al éxtasis por un mercado y unos medios de comunicación audiovisual que no descansan, en una relación con generaciones adultas por lo general desbordadas ante un espectáculo que se les presenta ajeno y confuso, habitado por los fantasmas de la violencia, de la indiferencia y del reclamo ilimitado de unos adolescentes que, en distintas clases sociales y con distintas entonaciones, portan y son portados por el conflicto generacional que, más allá de su voluntad explícita, definen las sociedades contemporáneas

Marcelo Urresti, 35 años, porteño. Estudió las Carreras de Sociología y Filosofía de la UBA. Es docente en la materia Sociología de la Cultura de la carrera de Sociología e investigador del Instituto Gino Germani, ambos pertenecientes a la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. Ha publicado dos libros como compilador junto a Mario Margulis (La segregación negada. Cultura y discriminación social, Biblos, Buenos Aires, 1999 -elegido por la Fundación el Libro como Mejor Libro de Sociología del año 1999- y La cultura en la Argentina de fin de siglo, Eudeba, Buenos Aires, 1998) varios artículos específicos sobre la temática juvenil y adolescente en libros (Margulis, Mario y otros. La cultura de la noche. La vida nocturna de los jóvenes en Buenos Aires, Espasa, Buenos Aires, 1994; e ídem, La juventud es más que una palabra. Ensayos sobre cultura y juventud. Biblos, Buenos Aires, 1996) y en revistas especializadas nacionales y extranjeras. También ha publicado estudios críticos, traducciones y numerosas recensiones bibliográficas sobre temas de filosofía, crítica cultural y sociología. Ha recibido en distintas oportunidades el Premio a la Productividad Académica y como miembro del proyecto Cultura y discriminación social el Premio Expocyt en el año 1995.

Adolecentes presentados/a como feo/as,sucio/as y malo/as


Por Gabriel Brener *

“Los chicos de ahora no son como los de antes”, “esta juventud está perdida”, suele escucharse en la mesa de un bar, en alguna fila que hacemos a la vuelta de cualquier esquina. Ideas que se aferran, frases hechas entre algunos adultos cuando son testigos del paso, la palabra, o la estética de un grupo de adolescentes.

“Ya no tengo ninguna esperanza en el futuro de nuestro país si la juventud de hoy toma mañana el poder, porque esa juventud es insoportable, desenfrenada, simplemente horrible.” Esta confesión nos confirma que este tipo de ideas sobre los jóvenes no son recientes sino una construcción histórica. Su autor es Hesíodo y se remonta al 720 a. C, aunque podría pertenecer al oscuro e inquisidor repertorio de frases que forman parte de ciertas representaciones sobre los jóvenes en esta época. Violentos, desinteresados, vagos, imágenes que se desparraman por los medios de comunicación en cadena nacional. Hace muy poco veía un informe televisivo (GPS, en América TV) que mostraba algunos adolescentes fumando marihuana en la puerta de una escuela secundaria del barrio de flores. La hija de un amigo, alumna de esa escuela, me cuenta que se trató de una cámara oculta desde la casa de un vecino que, evidentemente, no los quiere mucho. Y agregó un elemento interesante: “En el año hacemos dos eventos culturales en que mostramos nuestras producciones artísticas y están rebuenos, nunca nadie vino a publicar eso”.

La hija de mi amigo me hizo pensar en la importancia que tienen los modos de mapear a los otros. De la misma manera en que un mapa de rutas nos da pistas sobre los caminos a seguir, y nos ayuda a viajar, los modos de mirar y representar a los adolescentes no solo los describen sino también orientan nuestras acciones frente a ellos. Mapeos que etiquetan y estigmatizan a los más jóvenes, que los congelan en imágenes temerarias y amenazantes abonando a la construcción social de diversos miedos. Los medios masivos de comunicación son dispositivos estratégicos en la construcción de mapeos en torno de los jóvenes, las escuelas, las violencias y nos confirman una potente idea que el destacado sociólogo Pierre Bourdieu anticipó hace algunos años: los medios muestran ocultando. Una cámara escondida para estigmatizar adolescentes de una escuela, con la complicidad de un vecino, que mapea solo peligro, me obliga a poner de manifiesto algo de mi condición pedagógica como docente, como adulto, tratando de pensar en la formación de nuestros jóvenes alumnos desde una posición de responsabilidad y no de culpabilización. Se trata de pibes que están atravesando un momento clave y frágil en su propia constitución como sujetos y nosotros, los adultos, podemos posicionarnos de muy diferentes maneras frente a ello. Las cámaras que los señalan como feos, sucios y malos en mapeos que abonan la construcción del otro como una amenaza permanente, cuando lo cierto es que estos jóvenes están en plena construcción, ensayan personajes, se equivocan, se apasionan, provocan, aunque esto resulte incómodo e incluso desconcertante para los adultos que estamos allí.

Hay quienes dicen que algunos alumnos hacen política, discurso que intenta desacreditarlos, paralizarlos, pero oculta por lo menos dos cuestiones clave. Si luchar por mejores condiciones educativas, por un mejor convivir, es algo político, entonces animemos las esperanzas de reponer y jerarquizar el lugar de la política, tan ninguneado por propios méritos de muchos políticos y amarga y pesada herencia de los ‘90.

El asunto quizá se convierta en un valioso desafío si en vez de mirarlos (espiarlos) desde una ventana sin ser vistos, podemos ofrecerles una mirada de frente, que se hace presente y se anima a posicionarse como adulto referente, a pesar de lo incierto del resultado de cada apuesta. El asunto es hacernos cargo y recoger el guante y animarnos a enseñarles, cuidarlos, y ponerles los puntos, con la certeza de que ellos casi siempre harán algo distinto con aquello que les damos, y esa diferencia es nuestro límite, y su fortaleza.

* Investigador, capacitador de docentes y directivos, ex director de escuelas y coautor de Violencia escolar bajo sospecha, de Editorial Miño y Davila.

lunes, 30 de mayo de 2011

TRABAJO PRACTICO: LOGICA

La última fecha de entrega es el día Miércoles 29//06/11(podrá ser entregado antes)
Las respuestas iguales a las de otro/a compañero/a serán anuladas

Extraer en forma textual o interpretativa del link (elegir alguno de los dos)
http://www.youtube.com/watch?v=rKOhWwrll7k

http://www.youtube.com/watch?v=4Qfk6fLrqJw&feature=player_embedded


PREGUNTAS

1-Enuncie un ejemplo de lenguaje de tipo informativo, directivo y expresivo


2-Extraer una proposición del tipo A,E,I,O


3-Extraer del texto una proposición conjuntiva, una disyuntiva inclusiva, una exclusiva y una condicional


4-Extraer un proposición según la modalidad (una de cada una)


5-Formular un ejemplo de razonamiento analógico y otro deductivo


6-Formular dos razonamientos inductivo completo y otro inductivo incompleto


7-Crear 4 falacias diferentes (dos de atingencia y dos de ambiguedad)

domingo, 29 de mayo de 2011

T.P :Análisis de Películas.Quinto Año

Entrega en forma impresa martes 7/6.Grupo de no mas de 4 alumno/as.
Elegir alguna de las dos siguientes películas

EN EL TIEMPO DE LAS MARIPOSAS

CUESTIONARIO GUÍA PARA EL ANÁLISIS
1. ¿Por qué se celebra el Día Internacional de la Mujer? ¿Cuándo es?
2. ¿Qué actividades se realizan en tu localidad para esa fecha?
3. ¿Cómo creen que ha sido la vida de las niñas y las mujeres a lo largo de la historia?
4. ¿Cómo participan las niñas y los niños, las mujeres y los varones de las actividades comunitarias? ¿Qué hacen en el hogar? ¿Podrían esas actividades ser intercambiables?
5. ¿Por qué es necesario que las niñas y los niños compartamos las tareas domésticas?
6. ¿Qué se conmemora el día 25 de noviembre? ¿Por qué?
7 ¿Quiénes fueron las hermanas Mirabal?
8. Buscar información acerca del momento histórico y el lugar geográfico en el cual se desarrolla la película.
9. Reflexionar acerca de cómo las creencias y las tradiciones contribuyen a la reproducción o ayudan a la modificación de los estereotipos de género. ¿Por qué pensar que esta película puede ser trabajada en clave de violencia de género? Identificar alguna escena donde consideren que hay situaciones de violencia de género.
10.Destacar el papel de los ancestros, de lo/as niño/as- jóvenes y de las generaciones intermedias en la paulatina modificación de los códigos de género. Relacionarlo con nuestra realidad.





JINETE DE BALLENAS.
CUESTIONARIO GUÍA PARA EL ANÁLISIS
1) Buscar información acerca del momento histórico y el lugar geográfico en el cual se desarrolla la película.
2) Reflexionar acerca de cómo las creencias y las tradiciones contribuyen a la reproducción o ayudan a la modificación de los estereotipos de género. ¿Por qué pensar que esta película puede ser trabajada en clave de violencia de género? Identificar alguna escena donde consideren que hay situaciones de violencia de género.
3) Destacar el papel de los ancestros, de lo/as niño/as- jóvenes y de las generaciones intermedias en la paulatina modificación de los códigos de género. Relacionarlo con nuestra realidad.
4) Pensar acerca de la función de la escuela y de las familias en la transmisión cultural de los códigos de género. La escuela como garante de los derechos humanos: derecho a la educación, derecho a la identidad, derecho a la información, derecho a una vida sin violencia. Buscar ejemplos en nuestra sociedad.
5) Reconocer el papel de los adultos referentes como modelos de identificación positiva para la construcción de una vida sin violencia.
6)¿Por qué se celebra el Día Internacional de la Mujer? ¿Cuándo es?
7) ¿Qué actividades se realizan en tu localidad para esa fecha?
8) ¿Qué se conmemora el día 25 de noviembre? ¿Por qué?

Trabajo Práctico:Bares Notables.Cuarto y Quinto año

El T.P debe ser entregado en forma impresa y puede ser realizado hasta por cincoalumno/as.Ultima fecha de entrega:Viernes 10/6/2011

1-En relación al “espacio público” y al “espacio de lo privado”, ¿Con cuál de los dos espacios o “vida pública o privada “vinculan los bares visitados?
2-¿Cual era la función de los bares para la sociedad de fines del siglo 19 y principios del siglo ?
3-Tenendo en cuenta lo comentado por la Guía en la salida a los “Bares Notables”, responda que relación tenían los hombres y las mujeres con los bares?
4-A partir de la bibliografía obligatoria responder:
a-¿De qué manera los artículos el acceso de las mujeres a lo público?
b-Citar alguna/s frase/s y párrafo/s que puedas vincular a la salida (seis textos)

Bibliografía

http://www.historiapolitica.com/datos/biblioteca/paztrueba.pdf

http://www.buenosairestango.com/docum/danza/mujer.html

http://mujeresdelayer.blogspot.com/2007/08/ingreso-de-la-mujer-la-vida-pblica-y.html

http://www.lai.fu-berlin.de/es/e-learning/projekte/frauen_konzepte/projektseiten/konzeptebereich/ba_pub_priv/contexto.html

http://www.lai.fu-berlin.de/es/e-learning/projekte/frauen_konzepte/projektseiten/konzeptebereich/ba_anarquismo/contexto.html

http://www.casadelbicentenario.gob.ar/cdmujeres/contenido/vida-publica/vida_publica_femenismo.html

jueves, 7 de abril de 2011

La Creatividad y la Escuela

http://www.youtube.com/watch?v=nPB-41q97zg&feature=player_embedded

¿Qué es la vocacón?

Entrevista a María de los Ángeles Gavilán

María de los Ángeles Gavilán, directora del Centro de Orientación Integral Dr. P. G. D'Alfonso, psicóloga que hace más de dos décadas trabaja en la orientación vocacional, aclara que “la vocación es algo que se va descubriendo a lo largo de la vida”. Y que no hay carreras o trabajos portadores de felicidad o dinero sino que es “la persona que en todas sus dimensiones” y “con una actitud vocacional”, quien logra la felicidad. Desmitifica la visión de vocación como un sentimiento innato que al ser descubierto despeja toda duda. Un enfoque humano sobre la dirección que cada vida puede tomar.
Por Gaspar Segafredo
Tener que decidir hacia dónde timonear la propia vida. Desde el explosivo final del secundario, cuando de un día para el otro uno se convierte en capitán novicio del propio barco. Y en cada decisión significativa: viraje del destino personal. ¿Qué estudiar? ¿De qué trabajar? Elegir un camino, en un preciso momento. ¿Y si hubiera elegido otro, dónde estaría ahora?
Lo ideal, dicen las voces sabias, es: “¡elegí por vocación!”. No por los demás ni por el dinero o la comodidad, sino por vocación. Pero, ¿qué es la vocación, qué significa? ¿Lo que me hace feliz? ¿Cómo hacer para descubrirla sin el autoengaño o la ilusión generada por los intereses o los modelos sociales? Aunque muchos la nombren no parece ser un concepto tan simple y comprendido.
En una entrevista con MYRIADES 1 María de los Ángeles Gavilán echa luz sobre el término y varias de sus dimensiones.

–¿Qué es?
–La vocación es un proceso que se desarrolla a lo largo de la vida, y que se va construyendo basada en el descubrimiento de quién soy, cómo soy y hacia dónde voy. Y en las distintas crisis de nuestra vida, ésta nos invita a repreguntarnos esas mismas tres preguntas. El proceso que construye esta pregunta y respuesta, atendiendo a mis potencialidades, las exigencias del entorno y lo que a cada uno le toque vivir en sus diversas dimensiones; eso es la vocación. Aristóteles lo decía muy simple: ahí donde se cruzan tus dones y las necesidades del mundo, está la vocación.

–¿En qué aspecto humano se encuentra?
–La vocación es mucho más que un solo aspecto de la persona, y abarca las dimensiones bio-psico-socio-espiritual.

–¿Hay algún momento de la vida más propicio para encontrarla?
–El crecimiento va llevando a alcanzar niveles cada vez más profundos de nuestro ser, porque nos vamos conociendo. El crecimiento y la maduración, con los años, van llevando a que el ser humano sano se aproxime más a su vocación personal.

–¿Es innata la vocación?
–Sí, en parte, y en parte se descubre. No podemos hablar de un origen biologicista de la vocación. Es algo que se construye a través de los despertares que se dan en las crisis vitales, momentos clave de la vida, cronológicos, en que uno va respondiéndose. También hay crisis circunstanciales o accidentales que activan despertares.

–¿El final de la escuela es uno de esos momentos críticos?
–Sí, se llama crisis vital; en ese caso hay una búsqueda por el futuro desarrollo laboral. La idea como orientadores es trabajar lo más aproximados a lo vocacional; no quiere decir que el adolescente vaya a descubrir su vocación, porque es un proceso en construcción; pero sí es importante que la decisión tomada, en ese momento, sea auténtica.

–¿Qué buscan los adolescentes de hoy que recién salen de la escuela y llegan al centro vocacional?
–Respuestas y resultados, ya. Pretenden que seamos la ventana de la compu que de golpe se abre y dice todo. Nosotros explicamos que tienen que pasar por un proceso de reflexión y autodescubrimiento. Es complejo, porque el adolescente de hoy ha perdido la capacidad de mirarse, adentro; por la cultura audiovisual y su inmediatez que impide la proyección de mediano y largo plazo. Otra cuestión: la adolescencia se prolongó, y un chico de 17 años está en mitad de esa etapa. Es que el adolescente siempre es reflejo de la sociedad, y hoy la propia sociedad quiere ser adolescente, por lo tanto, él no quiere ser adulto. Y es más inmaduro para tomar decisiones.

-¿Me podés nombrar una diferencia positiva del adolescente actual?
-Es más libre. No tolera tanto lo que no le gusta, antes sí; por mandato familiar se sostenían las profesiones. Por algo se reactivaron las carreras de arte.

-¿Cómo se hace para que la persona decida su carrera o su meta laboral despegada de presiones sociales, por ejemplo el ganar dinero?
-Depende de la cultura familiar. Por eso nosotros analizamos las motivaciones para elegir carreras. Habría cinco: porque quiero ser aprobado por mis padres, por desarrollo personal, para ganar dinero, por estatus social o para tener un empleo seguro.

–¿El único que tiene que ver con la vocación es el “desarrollo personal”?
–Claro.

–La pregunta es cómo descascarar los motivos…
–Depende de cada caso. Será más difícil para un joven con un padre que trabaja para ganar dinero, aunque el trabajo no le guste; ya que puede verse tentado a heredar la carrera del padre solo porque le asegura clientela. Con ese joven vamos a trabajar mucho más este asunto y en la entrevista con el padre sacaremos el tema. Pero hay que recordar que la vocación también puede incluir ganar dinero. Tiene que ver con tus prioridades. Si el joven es muy práctico, y, más allá de los valores sociales y culturales, le gusta ganar dinero, hay que orientarlo hacia el mundo de la empresa.

–¿Puede pasar que una persona tenga ciertos talentos pero que la vocación pase por otro lado?
–En realidad uno puede tener dones y todavía no descubrirse en su vocación. Hay que lograr un análisis de intereses, habilidades y personalidad, para encontrar el punto de encuentro, y poder pensar en prospectiva. Porque hay chicos que dicen: “Me gusta la filosofía”. Perfecto. ¿Te gusta como medio de trabajo? ¿Te ves trabajando de filósofo? “Yo como docente no”; “investigador tampoco”. “Me gusta leer filosofía”. Ahí está el tema; que esté orientado al trabajo.

–¿Hoy en día se multiplican las carreras, ¿es beneficioso o cuesta más elegir?
–Creo que es positivo también porque hoy el mundo es más pluralista. En esa múltiple oferta, el adolescente tiene más para conocer, pero nuestro consejo siempre es comenzar una carrera amplia dentro de las propias potencialidades y luego ir a lo específico.

-¿Qué pasa con los chicos que cambian mucho; que un mes se ven como médicos, otro abogados…?
-Ahí está el trabajo del orientador vocacional; darle las sugerencias y acompañarlo en un proceso de decisión y maduración. Dejamos que juegue el médico y el abogado. Hasta que, a través de la búsqueda, nuestro asesorammiento y el buceo que hicimos de personalidad, lo llevamos a una decisión. Pero es el comienzo de… Supongamos que se toma como tarea de base a la medicina pero él lleva también un abogado adentro; es muy probable que su medicina la oriente a ser un controler auditor de historias clínicas. Entonces no está traducido en abogacía como profesión sino como función.

-Supongamos que hay un joven que está entre administración de empresas y música. ¿Podrá tener éxito si elige la carrera que no lo lleva a su desarrollo personal, supongamos administración? ¿Y si lleva al desarrollo personal, con música, está asegurado el éxito?
-Nosotros no usamos la palabra éxito, porque hay que ver qué es éxito. Y también está el mito de que administración se hace por dinero y música por vocación. Hay que analizar: si estás tocando la guitarra y sentís que es lo tuyo, hay que proyectar. Tal vez te gusta el sonido inmediato de la guitarra, pero ¿te pusiste a pensar en conocimiento matemático, el estudio de un año y medio para el ingreso…?, ahí se nos van muchos mitos del arte. Supongamos que tengo este joven: administración y música. Si tiene una personalidad para artista que siga con el arte, pero si tiene una personalidad para gestión, dirección, con un alto sentido práctico entonces tengo que decirle: estudiá administración pero hacé música como hobby intenso.

-Pero entonces hablamos de capacidad no de vocación.
-La vocación es resultante de capacidades, aptitudes y personalidad. Lo más profundo está en la personalidad. Estás tomando a la vocación como ese insuflo que viene de repente. Pero a los 17 años es muy dificil llegar a verlo.

–¿Qué le podés asegurar a la persona que elige este camino del desarrollo personal antes que los intereses externos?
–Autenticidad, algo que debe acompañar cada decisión que tome en su vida; es un comienzo de aprendizaje para decidir en cada momento. Y si lo hace con pasión, habrá siempre una mayor probabilidad de seguridad laboral, y el dinero será consecuencia. Hay que aclarar algo: no es la carrera que me da felicididad o me hace ganar dinero. Yo, desde mi lugar, con esfuerzo, pasión, entusiasmo y dirección, llevo mi proyecto hacia un buen desarrollo laboral y humano: son las personas que construyen las carreras, no al revés. Y, cuando se elige auténticamente, te puedo asegurar que cualquier obstáculo, tanto en lo laboral como en el resto de la vida, será superado con mayor facilidad.

-Si alguien te dice “yo quiero una carrera para ser feliz”…
-Es que no hay ninguna carrera que te vaya a hacer feliz, sino que es la persona que en todas sus dimensiones va a ir teniendo un desarrollo feliz en su vida.

-Cómo influye la variable socioeconómica. Por ejemplo, ¿qué le aconsejás a alguien con vocación actoral que al ser padre y no tener otra posibilidad económica se ve obligado a salir a trabajar de empleado administrativo?
-No hay que encarar a la vocación con idealismo… a ese joven le diría: seguí formandote en el área actoral, mientras tanto, como hoy tenés otra responsabilidad, y ahí también está la vocación de ser padre, tendrás que sostener un hogar; por ende buscarás un trabajo para responder al valor padre, que en ese momento implica una motivación más importante que la actuación. La idea es que lo actoral pase a un segundo plano por un tiempo, sabiendo que más adelante lo retomará, por eso convendría que lo mantenga aunque fuera con sacrificio.

-Hace poco tiempo un taxista me dijo algo llamativo: que su trabajo no podía ser una vocación, pero que al final le había terminado gustando; y, orgulloso, aseguró ubicar todas las esquinas de capital. ¿Qué relación tiene con la vocación?
-No hace lo que ama, pero ama lo que hace. El sentido lo tenemos que dar todos. Porque también en una actividad relacionada con la vocación de uno, no todo nos va a gustar. Lo que tiene ese taxista es una actitud vocacional frente a la vida. Poder encontrar lo positivo de cada circunstancia en su camino. Tiene que ver también con cuánta pasión hacés las cosas.

-Entonces, ¿se puede crear voluntariamente la pasión por algo?
-La pasión, en cierto modo se construye; uno en la vida a veces deja que la rutina genere telarañas. La idea es que también una profesión que motiva habrá que ir virándola de acuerdo a cómo uno va madurando. Y lo que estudiás es base de lo que irás construyendo a lo largo de la vida. Hoy puedo ser apasionada acá y mañana decidir retirarme y resolver que llegó el momento para ponerme a escribir. Cuando uno dice “esta persona es entusiasta, pasional”, es así porque está dando respuestas vocacionales, es una forma de encarar las situaciones en su vida.

-Después de todo lo dicho sobre su constante construcción, ¿no existe característica vocacional alguna que la persona lleve toda la vida?
-Hay una esencia relacionada con la personalidad y características que se sostendrán, pero en maduración. Cada uno tiene, digamos, una misión, el lugar particularísimo, que supera a lo profesional. Entonces puede ser que esta persona sea carismática para unir gente; su misión será la unión de las personas, tanto en su profesión, su grupo de amigos, entre los padres del colegio…

-¿Hay personas que tienen distintas vocaciones laborales?
-Hay personas que tienen habilidad, aptitud y disposición para muchas áreas, y otras exclusivamente para una. La persona que tiene mayor amplitud es la que tiene más riqueza por su variedad y compromiso para integrar. Pero el tema es que les cuesta decidir, porque tienen que renunciar a pasiones muy fuertes.

-¿El que tiene una capacidad e interés muy marcado hace mejor eso específico, en comparacíon al de mayor variedad?
-No necesariamente, depende de lo cómo lo hacen.

Las explicaciones que María de los Ángeles desarrolla con paciencia, acompañadas de esquemas trazados didácticamente sobre hoja blanca, mientras habla –una práctica cotidiana para ella, acostumbrada a hacerlo con varios jóvenes y adultos que orienta diariamente– , se abren, como varios caminos; pero al final, todos parecen conducir a: “La vocación abarca todas las dimensiones de la vida humana y es algo que no cesa; es una constante búsqueda”.

Colaboró en la entrevista: Gabriel Catracchia

Un video japonés que simula un violación

El juego del terror
Es de origen japonés e incita al usuario a ser protagonista de violaciones múltiples y reiteradas, incluso a niñas. Se vende en el país y ya hay reclamos para que sea prohibido.
Por Mariana Carbajal

Un videojuego de origen japonés que simula violaciones de mujeres y que ha generado una oleada de repudios y reacciones para sacarlo de la venta en distintos países se puede conseguir en la Argentina a través de Internet en sitios de descargas y de subastas. Ante esta situación y a partir de un llamado de atención de la Cámara de Diputados, la Dirección Nacional de Política Criminal, del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, acaba de emitir un dictamen con una serie de recomendaciones para prohibir la distribución y comercialización del cuestionado software. Además, en diálogo con Página/12, el secretario de Justicia, Héctor Masquelet, adelantó que promoverá desde esa cartera la redacción de una propuesta legislativa para regular los contenidos de los videojuegos, como en otros países.

El juego se llama Rapelay (rape significa violación en inglés) y comienza con la salida de la cárcel del protagonista principal de la historia, un hombre que para vengarse de una adolescente que lo denunció por intento de violación de una amiga, decide abusar de ella, de su madre y de la hermana de 12 años. Es un videojuego de rol de tipo interactivo: el jugador se mete en la piel del protagonista, del violador, y elige las formas de agresión. Puede violar virtualmente a las tres mujeres en una estación de tren, en un parque, en baños públicos. El “riesgo” que corre el protagonista es que las víctimas puedan quedar embarazadas a medida que aumenta el número de violaciones. En esos casos, el violador debe obligarlas a abortar, de lo contrario pueden incrementarse las posibilidades de que la adolescente lo mate a puñaladas y finalizar el juego. El grado de violencia sexual que transmite el videojuego es extremo.

El dictamen de la Dirección de Política Criminal –al que accedió Página/12– advierte que los contenidos del videojuego “representan una clara apología del delito en relación a los ilícitos como abuso sexual, violación, delitos contra la integridad sexual, torturas, discriminación contra la mujer y pederastia, entre otros”. Además, el organismo señala que la comercialización y venta del producto, distribución y difusión de sus contenidos y acceso y divulgación violan el artículo 128 del Código Penal, que reprime con prisión de 6 meses a 4 años al que produzca, divulgue o propague “por cualquier medio toda representación de un menor de 18 años dedicado a actividades sexuales explícitas o toda representación de sus partes genitales con fines predominantemente sexuales”. Entre otras medidas, la Dirección de Política Criminal, encabezada por Mariano Ciafardini, recomienda al Ministerio de Justicia “arbitrar las medidas necesarias para evitar el ingreso al país a través de las autoridades competentes” y “notificar a las empresas nacionales que brindan el acceso a Internet de las posibles sanciones penales que pueden caberles por la publicación del videojuego para la descarga ilegal o difusión de imágenes del mismo por su contenido ilícito”. También aconseja prohibir la venta del producto en sitios de subastas argentinos, donde actualmente se puede conseguir. La Dirección de Política Criminal detectó que un usuario de la empresa Mercado Libre subastó el videojuego y finalizó la operación el 23 de setiembre de 2009.

El organismo se abocó al tema luego de que la Cámara de Diputados expresara a fin del año pasado su preocupación por la existencia en el país del Rapelay. La violencia que trasmite el videojuego se analizó en la Comisión de Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia a partir de un proyecto de un grupo de diputadas y diputadas socialistas, entre ellas, Silvia Augsburger, quien finalizó su mandato en diciembre. La iniciativa pedía al Poder Ejecutivo que “adopte las medidas necesarias para impedir el ingreso y difusión en la Argentina de este tipo de juegos que humillan y degradan los derechos humanos básicos de las mujeres”. Y recordaba que en 2007 la venta del Rapelay fue prohibida en Gran Bretaña por parte de su Parlamento por considerarlo “ultraviolento”.

En realidad, Rapelay ya lleva varios años en el mercado. Fue lanzado en 2006. Es un videojuego de tipo animé producido por la empresa Illusion Software, con sede en Japón, especializada en la venta de productos interactivos para adultos de contenido erótico o pornográfico. Se encuentra dentro del género hentai (que en japonés significa perversión o transformación), “caracterizado por mostrar o representar en su contenido imágenes de personas desnudas o escenas de sexo de tipo pornográfico”, explica el dictamen. “Las características interactivas del juego brindan la posibilidad al jugar de desvestir a las víctimas, abusar de ellas sexualmente a través de una mano virtual, forzar situaciones de sometimiento mediante el uso de determinados elementos (esposas, por ejemplo) y elegir la forma de violación”, describe el informe, elevado al secretario de Justicia.

Organizaciones de mujeres en distintas partes del mundo realizaron campañas para sacar el videojuego de la venta, entre ellas Equality Now, que trabaja a favor de la protección y la promoción de los derechos humanos de las mujeres en distintos países y en cuya junta directiva, entre especialistas de distintos países, está la abogada rosarina Susana Chiarotti. En su sitio, Equality Now destaca que el fabricante del software retiró de la venta Rapelay, pero sigue vendiendo juegos similares de pornografía extrema en forma de dibujos animados que incluyen a mujeres y niñas que son violadas y agredidas sexualmente de distintas formas. El problema es que Rapelay se encuentra disponible en docenas de sitios de Internet, de forma gratuita. “Obviamente es muy difícil detener la actividad en Internet. Pero los gobiernos tienen un papel en la regulación de este tipo de pornografía infantil extrema, tanto en sus países como en Internet”, señaló Taina Bien-Aime, de Equality Now, en declaraciones a la CNN. En ese sentido, consideró que el gobierno japonés debe “prohibir todos los juegos que promueven y simulen la violencia, la tortura y el acoso sexual”. A mediados del año pasado, el Comité de Naciones Unidas para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer le hizo a Japón un llamado en ese sentido. Los videojuegos del género hentai, sin embargo, siguen fabricándose en ese país. Y el Rapelay no es difícil de conseguir.

Embarazo Adolescente

CARMEN BARROSO ALERTA SOBRE EL AUMENTO EN AMERICA LATINA DE LA MATERNIDAD ADOLESCENTE

“Un problema que no está visibilizado”
Es la directora regional de la Federación Internacional de Planificación Familiar. En la Women Deliver 2010, que finaliza hoy en Washington, expuso sobre las adolescentes madres en la región. En esta entrevista repasa ese fenómeno y el problema del aborto inseguro.

Por Mariana Carbajal

Desde Washington DC

“América latina es la única región del mundo donde sigue aumentando la proporción de adolescentes que se convierten en madres”, advirtió la brasileña Carmen Barroso, directora regional de la Federación Internacional de Planificación Familiar (IPPF), una de las organizaciones más importantes a nivel mundial en la promoción de los derechos sexuales y reproductivos. Barroso es una de las expositoras de Women Deliver 2010, la conferencia internacional sobre salud materna que finaliza hoy en esta ciudad, con la presencia de más de 3000 participantes de 140 países. En una de las mesas mostró como ejemplo al estado de California, donde se redujo en 13 años la proporción de madres adolescentes en un 52 por ciento, con una política de Estado clara y constante de educación sexual integral y servicios de consejería en anticoncepción y entrega de métodos dirigidos a los jóvenes. En una entrevista de Página/12 analizó el problema de la maternidad temprana en la región y también otros temas abordados en Women Deliver 2010 como el impacto del aborto inseguro en la mortalidad materna y la decisión del gobierno de Canadá –de corte conservador– de excluirlo de la agenda de la próxima cumbre del G-20.

–¿Cuál es el alcance de esta conferencia?

–Es importante porque ahora los gobiernos se están dando cuenta de que de todas las metas fijadas por los Objetivos del Milenio, la de la salud de la mujer es la que está peor en su desarrollo y se prevé que no será alcanzada. Se dieron cuenta de que es necesario hacer algo. Hay mucha retórica al respecto sobre la importancia de destinar programas para prevenir la mortalidad materna pero todavía no hay recursos adecuados para eso. La conferencia servirá para aumentar la conciencia sobre esta problemática y en consecuencia ayudar a movilizar recursos. Pero hay problemas, para nosotros de América latina, que no están siendo visibilizados todo lo que deberían, por ejemplo el problema de las adolescentes.

–¿Cuál es la característica de la región?

–Es muy distinta de las demás regiones. Disminuyó el número de hijos de adolescentes, porque ahora tienen uno y no dos, tres o cuatro, pero en la mayoría de nuestros países aumentó la proporción de las que se tornan madres. Esto no pasa en ningún país de otra región.

–¿A qué se adjudica esta tendencia?

–Hay una expresión bastante válida que lo define como una “modernización truncada”. Un investigador de la Cepal (Jorge Rodríguez Vignoli) creó ese término. Los adolescentes se modernizaron, tienen otra visión de la sexualidad, se sienten más libres para iniciar temprano su sexualidad, pero esa modernización es truncada porque la sociedad no es lo suficientemente moderna para aceptar esta actividad sexual como algo legítimo a lo que tienen derecho. Entonces, hay una falta de políticas públicas que realmente respeten los derechos sexuales de los jóvenes. No tienen acceso a los anticonceptivos ni a la educación sexual integral y resulta que se embarazan sin que lo quieran o interrumpen un embarazo con un aborto o tienen hijos. Es una característica muy latinoamericana.

–¿Este fenómeno se observa también en la Argentina?

–Sí. En una reciente investigación, la Cepal estudió 17 países, entre ellos Argentina. Los datos observan la evolución entre 1990 y 2001. En Centroamérica hay una situación de equilibrio: bajan los niveles de maternidad adolescente en Nicaragua, El Salvador y Guatemala y aumentan en Honduras, Costa Rica y Panamá, pero en Sudamérica todos los países, salvo Paraguay, registran un incremento. (N. de R.: en Argentina el aumento fue de medio punto.) Esta situación tiene complicaciones graves para las madres adolescentes, que son en su mayoría pobres. Hay una diferencia brutal entre el quintil más pobre y el más rico al analizar este fenómeno. En todos los países estudiados ya había una gran diferencia, pero se observa que entre las pobres aumentó mucho más la maternidad adolescente. Entre las ricas, se mantiene en los mismos niveles.

–El aborto inseguro sigue siendo una causa relevante en la mortalidad de mujeres por gestación en Latinoamérica. ¿Cómo observa esta problemática?

–Hubo algunos avances, como en la ciudad de México. Pero la reacción de la oposición ha sido fortísima: se aprobaron en las constituciones de los estados cláusulas que protegen la vida desde la concepción, lo que torna la legalización más difícil. La misma cláusula se aprobó en República Dominicana. Al mismo tiempo hubo liberalización de la ley en Colombia. Hay una mixtura de progresos en algunos sitios y retrocesos en otros.

–¿Qué impacto tiene en la salud pública la liberalización de una ley que penaliza el aborto? ¿Aumenta la cantidad de abortos?

–No. Los estudios más serios muestran que no aumentan. Cambian las condiciones en las que son realizados los abortos. Entonces las que antes interrumpían un embarazo de forma insegura, con una ley que legalice el aborto tienen la posibilidad de hacerlo de forma segura. Es lo que pasó en México o antes en Rumania. Hubo un experimento interesantísimo en Rumania porque primero la ley se liberalizó, después se prohibió el aborto y luego, nuevamente se liberalizó. Y estudios muy cuidadosos muestran que lo que pasó fue que aumentó la mortalidad materna cuando se prohibió.

–En la próxima cumbre del G-20, a fines de junio, en Canadá, uno de los temas de la agenda es la mortalidad materna...

–Es importante que esté el tema, aunque ya estuvo en el G-20 anterior, tal vez sin tanta fuerza. El problema es que Canadá tiene un gobierno conservador y planteó que la salud de la mujer será el tema central de la próxima reunión pero no quiere incluir el problema del aborto. Es muy peligrosa esa actitud, porque el aborto inseguro es la causa del 13 por ciento de las muertes maternas, pero en algunos países llega al 20 por ciento. Es una actitud bastantes contradictoria del gobierno canadiense porque está reproduciendo una política como la de (George W.) Bush.

–¿Qué consecuencias puede llevar esta posición a la región latinoamericana?

–De todo tipo. Lo que sucedió en nuestra región con la política de Bush fue que incentivó a todos los opositores a los derechos de las mujeres que había en América latina a que salieran con fuerza, fortalecidos, con un aliado tan importante. Ahora, si encuentran otro aliado puede ser un desastre.

–En foros como Women Deliver 2010 se escucha mucha preocupación por la salud de las mujeres. Pero, ¿se traduce en hechos?

Se ríe. –De una forma, en algún nivel se espera que sí. Sin una preocupación inicial las políticas no son implementadas. En mi exposición sobre los adolescentes mencioné que tenemos un ejemplo reciente en el estado de California: redujeron 52 por ciento el embarazo de adolescentes en 13 años, entre 1992 y 2005. En otros países la tasa de embarazo adolescente o está estancada o las reducciones son de alrededor de 4 al 7 por ciento en 30 años.

–¿Cómo lo lograron?

–Con educación sexual integral, nada de reducirla a la abstinencia, y con acceso a los métodos anticonceptivos.

–El embarazo adolescente es un problema complejo. A veces no se reduce solo con información y métodos. Incide también la falta de otros proyectos de vida que la maternidad entre las jóvenes...

–Tiene toda la razón. En realidad, la mitad de los embarazos entre las adolescentes son deseados, dicen ellas. ¿Y por qué son deseados? Porque no tienen otras alternativas de vida. Si se analizan los países más pobres se observa que hay más embarazos deseados de adolescentes que en los países más ricos. En los países más pobres las adolescentes no tienen oportunidades de educación ni de trabajo, entonces ¿qué les queda? Ser madres. Es importante tener un proyecto de vida para que el embarazo no sea la única salida. Es importante también que se defiendan los derechos sexuales de los jóvenes para que se sientan con derecho a usar los servicios de salud.