Páginas


jueves, 7 de abril de 2011

¿Qué es la vocacón?

Entrevista a María de los Ángeles Gavilán

María de los Ángeles Gavilán, directora del Centro de Orientación Integral Dr. P. G. D'Alfonso, psicóloga que hace más de dos décadas trabaja en la orientación vocacional, aclara que “la vocación es algo que se va descubriendo a lo largo de la vida”. Y que no hay carreras o trabajos portadores de felicidad o dinero sino que es “la persona que en todas sus dimensiones” y “con una actitud vocacional”, quien logra la felicidad. Desmitifica la visión de vocación como un sentimiento innato que al ser descubierto despeja toda duda. Un enfoque humano sobre la dirección que cada vida puede tomar.
Por Gaspar Segafredo
Tener que decidir hacia dónde timonear la propia vida. Desde el explosivo final del secundario, cuando de un día para el otro uno se convierte en capitán novicio del propio barco. Y en cada decisión significativa: viraje del destino personal. ¿Qué estudiar? ¿De qué trabajar? Elegir un camino, en un preciso momento. ¿Y si hubiera elegido otro, dónde estaría ahora?
Lo ideal, dicen las voces sabias, es: “¡elegí por vocación!”. No por los demás ni por el dinero o la comodidad, sino por vocación. Pero, ¿qué es la vocación, qué significa? ¿Lo que me hace feliz? ¿Cómo hacer para descubrirla sin el autoengaño o la ilusión generada por los intereses o los modelos sociales? Aunque muchos la nombren no parece ser un concepto tan simple y comprendido.
En una entrevista con MYRIADES 1 María de los Ángeles Gavilán echa luz sobre el término y varias de sus dimensiones.

–¿Qué es?
–La vocación es un proceso que se desarrolla a lo largo de la vida, y que se va construyendo basada en el descubrimiento de quién soy, cómo soy y hacia dónde voy. Y en las distintas crisis de nuestra vida, ésta nos invita a repreguntarnos esas mismas tres preguntas. El proceso que construye esta pregunta y respuesta, atendiendo a mis potencialidades, las exigencias del entorno y lo que a cada uno le toque vivir en sus diversas dimensiones; eso es la vocación. Aristóteles lo decía muy simple: ahí donde se cruzan tus dones y las necesidades del mundo, está la vocación.

–¿En qué aspecto humano se encuentra?
–La vocación es mucho más que un solo aspecto de la persona, y abarca las dimensiones bio-psico-socio-espiritual.

–¿Hay algún momento de la vida más propicio para encontrarla?
–El crecimiento va llevando a alcanzar niveles cada vez más profundos de nuestro ser, porque nos vamos conociendo. El crecimiento y la maduración, con los años, van llevando a que el ser humano sano se aproxime más a su vocación personal.

–¿Es innata la vocación?
–Sí, en parte, y en parte se descubre. No podemos hablar de un origen biologicista de la vocación. Es algo que se construye a través de los despertares que se dan en las crisis vitales, momentos clave de la vida, cronológicos, en que uno va respondiéndose. También hay crisis circunstanciales o accidentales que activan despertares.

–¿El final de la escuela es uno de esos momentos críticos?
–Sí, se llama crisis vital; en ese caso hay una búsqueda por el futuro desarrollo laboral. La idea como orientadores es trabajar lo más aproximados a lo vocacional; no quiere decir que el adolescente vaya a descubrir su vocación, porque es un proceso en construcción; pero sí es importante que la decisión tomada, en ese momento, sea auténtica.

–¿Qué buscan los adolescentes de hoy que recién salen de la escuela y llegan al centro vocacional?
–Respuestas y resultados, ya. Pretenden que seamos la ventana de la compu que de golpe se abre y dice todo. Nosotros explicamos que tienen que pasar por un proceso de reflexión y autodescubrimiento. Es complejo, porque el adolescente de hoy ha perdido la capacidad de mirarse, adentro; por la cultura audiovisual y su inmediatez que impide la proyección de mediano y largo plazo. Otra cuestión: la adolescencia se prolongó, y un chico de 17 años está en mitad de esa etapa. Es que el adolescente siempre es reflejo de la sociedad, y hoy la propia sociedad quiere ser adolescente, por lo tanto, él no quiere ser adulto. Y es más inmaduro para tomar decisiones.

-¿Me podés nombrar una diferencia positiva del adolescente actual?
-Es más libre. No tolera tanto lo que no le gusta, antes sí; por mandato familiar se sostenían las profesiones. Por algo se reactivaron las carreras de arte.

-¿Cómo se hace para que la persona decida su carrera o su meta laboral despegada de presiones sociales, por ejemplo el ganar dinero?
-Depende de la cultura familiar. Por eso nosotros analizamos las motivaciones para elegir carreras. Habría cinco: porque quiero ser aprobado por mis padres, por desarrollo personal, para ganar dinero, por estatus social o para tener un empleo seguro.

–¿El único que tiene que ver con la vocación es el “desarrollo personal”?
–Claro.

–La pregunta es cómo descascarar los motivos…
–Depende de cada caso. Será más difícil para un joven con un padre que trabaja para ganar dinero, aunque el trabajo no le guste; ya que puede verse tentado a heredar la carrera del padre solo porque le asegura clientela. Con ese joven vamos a trabajar mucho más este asunto y en la entrevista con el padre sacaremos el tema. Pero hay que recordar que la vocación también puede incluir ganar dinero. Tiene que ver con tus prioridades. Si el joven es muy práctico, y, más allá de los valores sociales y culturales, le gusta ganar dinero, hay que orientarlo hacia el mundo de la empresa.

–¿Puede pasar que una persona tenga ciertos talentos pero que la vocación pase por otro lado?
–En realidad uno puede tener dones y todavía no descubrirse en su vocación. Hay que lograr un análisis de intereses, habilidades y personalidad, para encontrar el punto de encuentro, y poder pensar en prospectiva. Porque hay chicos que dicen: “Me gusta la filosofía”. Perfecto. ¿Te gusta como medio de trabajo? ¿Te ves trabajando de filósofo? “Yo como docente no”; “investigador tampoco”. “Me gusta leer filosofía”. Ahí está el tema; que esté orientado al trabajo.

–¿Hoy en día se multiplican las carreras, ¿es beneficioso o cuesta más elegir?
–Creo que es positivo también porque hoy el mundo es más pluralista. En esa múltiple oferta, el adolescente tiene más para conocer, pero nuestro consejo siempre es comenzar una carrera amplia dentro de las propias potencialidades y luego ir a lo específico.

-¿Qué pasa con los chicos que cambian mucho; que un mes se ven como médicos, otro abogados…?
-Ahí está el trabajo del orientador vocacional; darle las sugerencias y acompañarlo en un proceso de decisión y maduración. Dejamos que juegue el médico y el abogado. Hasta que, a través de la búsqueda, nuestro asesorammiento y el buceo que hicimos de personalidad, lo llevamos a una decisión. Pero es el comienzo de… Supongamos que se toma como tarea de base a la medicina pero él lleva también un abogado adentro; es muy probable que su medicina la oriente a ser un controler auditor de historias clínicas. Entonces no está traducido en abogacía como profesión sino como función.

-Supongamos que hay un joven que está entre administración de empresas y música. ¿Podrá tener éxito si elige la carrera que no lo lleva a su desarrollo personal, supongamos administración? ¿Y si lleva al desarrollo personal, con música, está asegurado el éxito?
-Nosotros no usamos la palabra éxito, porque hay que ver qué es éxito. Y también está el mito de que administración se hace por dinero y música por vocación. Hay que analizar: si estás tocando la guitarra y sentís que es lo tuyo, hay que proyectar. Tal vez te gusta el sonido inmediato de la guitarra, pero ¿te pusiste a pensar en conocimiento matemático, el estudio de un año y medio para el ingreso…?, ahí se nos van muchos mitos del arte. Supongamos que tengo este joven: administración y música. Si tiene una personalidad para artista que siga con el arte, pero si tiene una personalidad para gestión, dirección, con un alto sentido práctico entonces tengo que decirle: estudiá administración pero hacé música como hobby intenso.

-Pero entonces hablamos de capacidad no de vocación.
-La vocación es resultante de capacidades, aptitudes y personalidad. Lo más profundo está en la personalidad. Estás tomando a la vocación como ese insuflo que viene de repente. Pero a los 17 años es muy dificil llegar a verlo.

–¿Qué le podés asegurar a la persona que elige este camino del desarrollo personal antes que los intereses externos?
–Autenticidad, algo que debe acompañar cada decisión que tome en su vida; es un comienzo de aprendizaje para decidir en cada momento. Y si lo hace con pasión, habrá siempre una mayor probabilidad de seguridad laboral, y el dinero será consecuencia. Hay que aclarar algo: no es la carrera que me da felicididad o me hace ganar dinero. Yo, desde mi lugar, con esfuerzo, pasión, entusiasmo y dirección, llevo mi proyecto hacia un buen desarrollo laboral y humano: son las personas que construyen las carreras, no al revés. Y, cuando se elige auténticamente, te puedo asegurar que cualquier obstáculo, tanto en lo laboral como en el resto de la vida, será superado con mayor facilidad.

-Si alguien te dice “yo quiero una carrera para ser feliz”…
-Es que no hay ninguna carrera que te vaya a hacer feliz, sino que es la persona que en todas sus dimensiones va a ir teniendo un desarrollo feliz en su vida.

-Cómo influye la variable socioeconómica. Por ejemplo, ¿qué le aconsejás a alguien con vocación actoral que al ser padre y no tener otra posibilidad económica se ve obligado a salir a trabajar de empleado administrativo?
-No hay que encarar a la vocación con idealismo… a ese joven le diría: seguí formandote en el área actoral, mientras tanto, como hoy tenés otra responsabilidad, y ahí también está la vocación de ser padre, tendrás que sostener un hogar; por ende buscarás un trabajo para responder al valor padre, que en ese momento implica una motivación más importante que la actuación. La idea es que lo actoral pase a un segundo plano por un tiempo, sabiendo que más adelante lo retomará, por eso convendría que lo mantenga aunque fuera con sacrificio.

-Hace poco tiempo un taxista me dijo algo llamativo: que su trabajo no podía ser una vocación, pero que al final le había terminado gustando; y, orgulloso, aseguró ubicar todas las esquinas de capital. ¿Qué relación tiene con la vocación?
-No hace lo que ama, pero ama lo que hace. El sentido lo tenemos que dar todos. Porque también en una actividad relacionada con la vocación de uno, no todo nos va a gustar. Lo que tiene ese taxista es una actitud vocacional frente a la vida. Poder encontrar lo positivo de cada circunstancia en su camino. Tiene que ver también con cuánta pasión hacés las cosas.

-Entonces, ¿se puede crear voluntariamente la pasión por algo?
-La pasión, en cierto modo se construye; uno en la vida a veces deja que la rutina genere telarañas. La idea es que también una profesión que motiva habrá que ir virándola de acuerdo a cómo uno va madurando. Y lo que estudiás es base de lo que irás construyendo a lo largo de la vida. Hoy puedo ser apasionada acá y mañana decidir retirarme y resolver que llegó el momento para ponerme a escribir. Cuando uno dice “esta persona es entusiasta, pasional”, es así porque está dando respuestas vocacionales, es una forma de encarar las situaciones en su vida.

-Después de todo lo dicho sobre su constante construcción, ¿no existe característica vocacional alguna que la persona lleve toda la vida?
-Hay una esencia relacionada con la personalidad y características que se sostendrán, pero en maduración. Cada uno tiene, digamos, una misión, el lugar particularísimo, que supera a lo profesional. Entonces puede ser que esta persona sea carismática para unir gente; su misión será la unión de las personas, tanto en su profesión, su grupo de amigos, entre los padres del colegio…

-¿Hay personas que tienen distintas vocaciones laborales?
-Hay personas que tienen habilidad, aptitud y disposición para muchas áreas, y otras exclusivamente para una. La persona que tiene mayor amplitud es la que tiene más riqueza por su variedad y compromiso para integrar. Pero el tema es que les cuesta decidir, porque tienen que renunciar a pasiones muy fuertes.

-¿El que tiene una capacidad e interés muy marcado hace mejor eso específico, en comparacíon al de mayor variedad?
-No necesariamente, depende de lo cómo lo hacen.

Las explicaciones que María de los Ángeles desarrolla con paciencia, acompañadas de esquemas trazados didácticamente sobre hoja blanca, mientras habla –una práctica cotidiana para ella, acostumbrada a hacerlo con varios jóvenes y adultos que orienta diariamente– , se abren, como varios caminos; pero al final, todos parecen conducir a: “La vocación abarca todas las dimensiones de la vida humana y es algo que no cesa; es una constante búsqueda”.

Colaboró en la entrevista: Gabriel Catracchia

No hay comentarios:

Publicar un comentario