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domingo, 24 de agosto de 2014

ANTROPOLOGIA FORENSE

Introducción

En 1984 fue creado el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). Es un organismo no gubernamental que aplica las ciencias forenses –en particular, la antropología y la arqueología forenses– a la investigación de los casos de personas desaparecidas en la Argentina durante la última dictadura militar, que ocupó ilegalmente el gobierno del Estado entre el 24 de marzo de 1976 y el 10 de diciembre de 1983.
En la actualidad, el EAAF también se dedica a investigar casos de violaciones de derechos humanos en otros países del mundo.

Objetivos específicos de la secuencia didáctica

Que lo/as alumno/as:
.Conozcan las tareas que realiza el Equipo Argentino de Antropología Forense.
.Reflexionen sobre la importancia de recuperar los restos de las víctimas de la última dictadura militar.
.Conozcan la Iniciativa Latinoamericana para la Identificación de Personas Desaparecidas.

Fase 1: Presentación del problema

Actividad 1

1) Lean el texto que presenta la historia y los objetivos del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), un organismo no gubernamental dedicado a recuperar e identificar los restos de víctimas de violaciones a los derechos humanos. Este texto está publicado en el sitio oficial del EAAF.
Recuerden que pueden copiar los textos en el escritorio de sus equipos portátiles con la herramienta que les permite crear un archivo PDF. Luego, pueden hacer marcas y comentarios mientras los leen.
2) Durante la lectura, identifiquen:
.el momento y las razones de su creación;
.los objetivos del organismo;
.las acciones que realiza y los procedimientos que aplica.

Actividad 2

1) Lean el artículo “El Equipo de Antropología Forense identificó al desaparecido 300”, publicado en 2006, en el diario Página/12.
Recuerden que pueden copiar los textos en el escritorio de sus equipos portátiles con la herramienta que les permite crear un archivo PDF. Luego, pueden hacer marcas y comentarios mientras los leen.
2) Junto con un/a compañero/a analicen el texto y respondan las siguientes preguntas:
a) ¿Cuál es el aporte del Equipo de Antropología Forense en relación con el tema de los “desaparecidos” en la Argentina?
b) ¿En qué lugares el Equipo busca los restos de los desaparecidos y por qué?

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La tarea del EAAF
Desde sus orígenes en 1984, el EAAF empezó a trabajar con una base de datos propia sobre los desaparecidos durante la última dictadura. La base de datos en este momento suma unas diez mil personas identificadas por nombre y apellido, sobre 300, de las cuales lograron restituir los restos.Fuera de los números, durante estos años, el listado del EAAF cumplió una misión simbólica y política a la vez: reemplazó entre los antropólogos la idea de “los desaparecidos” por la idea de víctimas efectivamente muertas. “Nosotros nos decidimos a buscar muertas a esas personas –explica Fondebrider–, aunque la decisión de buscarlas muertas nunca estuvo muy clara en Argentina”. A su criterio, ese problema se originó en los 80, cuando nadie hablaba de las muertes porque aún había expectativas de sobrevida. “Pero si las personas no están vivas –insiste–, están muertas, no existe el limbo: en algún lado están.” La apuesta finalmente dio sus frutos. En los últimos años de trabajo los antropólogos concentraron sus excavaciones en los cementerios o enterramientos públicos de distintos lugares del país. En esos lugares –y no en el limbo– encontraron todos los cuerpos identificados hasta ahora.El volumen más importante apareció en el cementerio San Vicente de Córdoba y en el de Avellaneda. De allí surgió la mayor parte de los 600 restos óseos que aún están bajo análisis. En Avellaneda, el Equipo extrajo entre 1988 y 1992 del denominado sector 134 un total de 336 esqueletos; 59 eran de mujeres, entre las cuales se encontraron los restos de la riojana María Cristina Lanzillotto, cuyo cuerpo se restituyó el último 11 de abril. Fuera de esos dos lugares, el EAAF abrió fosas y está trabajando en los cementerios de Lomas de Zamora, Ezpeleta, Berazategui, San Martín, La Plata y el Pozo de Vargas de Tucumán, Jujuy, en cercanías del centro de detención clandestino La Calanita de Santa Fe, en Salta, Chaco y Paraná.La suma de hallazgos de un lugar a otro consolidó la hipótesis de partida y les permitió generar algunas interpretaciones sobre el uso de los cementerios en el caso de los desaparecidos argentinos […] En Argentina, al parecer, la represión buscó a las personas en particular, tal vez eso explique el enterramiento caso por caso.Fuera de los cementerios, el EAAF también hizo excavaciones a partir de declaraciones de testigos indirectos o por una orden judicial. Pero esas búsquedas nunca dieron resultados. Por lo menos hasta el presente las únicas restituciones surgieron de cementerios clásicos.Una hipótesis de trabajo distinta los condujo a buscar a aquellas víctimas de la represión que fueron arrojadas al mar o a los cauces de los ríos durante la dictadura. Esa gente, dice el antropólogo, “llegaba de los centros clandestinos de detención que tenían una mayor facilidad para acceder a recursos aéreos, como sucedió con la Esma o Campo de Mayo”. Según Fondebrider, aún no hay datos certeros sobre las víctimas desaparecidas en esas condiciones. Lo que sabe, en cambio, es que hasta el momento aparecieron entre 50 y 60 cuerpos en las costas uruguayas y argentinas.El destino de esos cuerpos no fue idéntico. Aunque muchos fueron enterrados en cementerios cercanos a las costas, sólo algunos lograron ser identificados, como sucedió el año pasado con Azucena Villaflor. Otros terminaron incinerados en osarios generales, incluso luego de 1983. Como hasta entonces no existían políticas públicas para preservarlos, lo que se recuperó dependió de la decisión de algún funcionario judicial o de un intendente que ordenó exhumaciones voluntariosas pero poco efectivas: muchas veces quedaron en manos de sepultureros sin conocimiento científico. Por esa razón muchos cuerpos se perdieron: “Se exhumaron mal o se quemaron –agrega Fondebrider–. Obviamente, por esas circunstancias es que en 22 años encontramos solamente 300 cuerpos”.

Origen y objetivos del EAAF

Aplicando la antropología forense y otras ciencias relacionadas, el EAAF intenta recuperar e identificar los restos de víctimas de violaciones a los derechos humanos, restituirlos a sus familiares y brindar a la justicia y comisiones investigadoras los resultados del trabajo forense. Durante todo el proceso de investigación, el EAAF trabaja en estrecha colaboración con testigos y familiares de las víctimas. A través de este trabajo buscamos aportar información sobre las violaciones a los derechos humanos y derecho humanitario; contribuir a la búsqueda de la verdad y la justicia, y a la reparación y la prevención de estas violaciones.Durante los años 70 y comienzos de los 80, gran parte de los países latinoamericanos atravesaron períodos de intensa violencia y represión. El Estado, en muchos casos bajo control de gobiernos militares, cometió severas violaciones a los derechos humanos contra grupos guerrilleros de izquierda, organizaciones sociales y políticas. En los años 80, en muchos de estos países, junto con la vuelta a la democracia surge la necesidad de investigar los crímenes del pasado. La aplicación y desarrollo de la antropología forense en la investigación de violaciones a los derechos humanos surge de esta necesidad histórica.El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) es una organización científica, no gubernamental y sin fines de lucro, que en 1984, con el retorno a la democracia en Argentina, comenzó a trabajar en la búsqueda de personas "desaparecidas" durante la última dictadura militar (1976-1983). Desde entonces, distintas organizaciones nacionales e internacionales solicitaron la colaboración del equipo en la investigación de casos similares en más de 20 países.A diferencia de los médicos forenses, que en general trabajan con cadáveres, los antropólogos forenses recuperan y analizan principalmente restos óseos. El trabajo del EAAF básicamente consiste, en primer lugar, en tomar testimonios a familiares de las víctimas y testigos de los hechos y evaluar la documentación existente en cada caso. El segundo paso implica la exhumación con técnicas arqueológicas de fosas individuales o comunes. Finalmente, se analizan los restos recuperados en el laboratorio. Allí se intenta determinar la causa y manera de muerte e identificar los restos de la víctima, con el fin de restituirlos a su familia y presentar la evidencia a la justicia.

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